Mediante la observación de distintas personas, de distinto sexo y raza se puede apreciar la diversidad de óvalos, unos más anchos, otros más estrechos, unos más cortos, otros más largos, unos más grandes y otros más pequeños.
Para poder analizar el rostro nos servimos de una clasificación, la cual recibe el nombre de "CLASIFICACIÓN WESTMORE", según esta clasificación existen siete tipos de óvalos.
- Rostro oval: es el considerado perfecto, con formas suaves y redondeadas. Este se caracteriza por una apariencia más ancha en la zona de las mejillas y se va estrechando ligeramente hacia el mentón.
- Rostro redondo: Es de líneas suaves, sin ángulos pero ancho. Visualmente se perciben los ojos, la boca y nariz muy juntos.
- Rostro cuadrado: Es ancho, pero en este caso de líneas duras y angulosas, de frentes cuadradas y maxilares muy marcados.
- Rostro rectangular: Es alargado u oblongo, de líneas duras, con mandíbulas angulosas al igual que el cuadrado, pero este es alargado.
- Rostro triangular: Presenta un excesivo volumen en la zona inferior y sin embargo se va estrechando desde las sienes hacia la frente.
- Rostro triangular invertido: Las características de este óvalo indican que es de mandíbula retraída y estrecha, y su zona intelectual es ancha.
- Rostro hexagonal: Este tipo es el de un rostro muy sugerente por el exotismo que aporta. Es un óvalo de frente y mandíbulas estrechas, mentón pequeño y pómulos alto y prominentes.
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